domingo, 16 de agosto de 2015





 

" La importancia del acto de leer "

Paulo Freire en su trabajo presentado en la apertura del Congreso Brasileño de lectura en noviembre de 1981, realiza algunas críticas a la manera cómo los educadores enseñan a leer;utilizando lecturas que generalmente están desvinculadas de la realidad por lo que carecen de importancia para los estudiantes.

También explica como a temprana edad comenzó a leer la realidad a lo que le denominó "la lectura del mundo" y con el paso del tiempo esa lectura se fortaleció con el lenguaje escrito, porque  contó con la ayuda de una maestra quien a través de la lectura lo ayudó a analizar su entorno para así comprenderlo. De este modo pudo madurar a temprana edad y desarrollar su pensamiento. El planteamiento de Freire nos muestra el divorcio que ha existido entre lectura y realidad durante el proceso de escolarización, siendo ésta una de las causas de la desmotivación de nuestros estudiantes para leer.

Tomando en consideración lo plantedo por Freire, debemos convertirnos en esa maestra a la cual se refiere, que pudo, enseñarlo a leer manteniendo la lectura en el mundo, pero  a un nivel más avanzado para que el proceso de la escolarización no perdamos cualidades innatas que tenemos, como la curiosidad por conocer nuevas cosas, el experimentar, el explorar la realidad...que lo  vamos perdiendo por lo que ya está elaborado.

Es importante hacer cambios en la manera como enseñamos a leer, para ello debemos primeramente hacer una revisión de cómo lo hemos  hecho hasta el momento y lo qué hemos logrado, hasta el plantearnos la posibilidad de un método de lectura para los primeros años de infancia que nos permita seguir leyendo y analizando nuestro mundo, pero ¿Cómo será ese método? esta tarea queda pendiente para las siguientes jornadas en este proceso transformador que lleva por nombre "Micro Misión Simón Rodríguez" en la que podamos hallar respuestas.


Elaborado por la participante María Díaz
Facilitadora: Liliana Sulbarán.
Barcelona Estado Anzoátegui, Venezuela 
Agosto 2015

sábado, 15 de agosto de 2015




"Aceptar las correcciones como oportunidad para crecer como personas"

Añadir leyenda



Es importante ser humildes y aceptar las correcciones que nos dan, el simple hecho de que alguien lo haga es símbolo de ser tomado o tomada en cuenta, sí señores "tomados en cuenta ", pues ese alguien que nos corrige considera importante que no sigamos cometiendo el mismo error y con esto no pasar un mal rato en el futuro.
creo conveniente hacernos una autoevaluación sobre las creencias que tenemos sobre esas supuestas personas que nos corrigen que bien pueden ser nuestros padres, amigos, tíos, hermanos, vecinos..Ser crítico es ver más allá de que a lo mejor al momento no nos gustó o que quizá la manera de corregir no hubiera sido sido la más correcta, quizás lo haga duramente o levante el tono de voz, pero todo eso es porque sencillamente somos seres humanos y no somos perfectos, no hay manual que diga algo así como: "las reglas que hay que cumplir para poder corregir "NO EXISTE.
si tenemos la bendición de tener esos seres que están para decirnos en qué estamos fallando, aceptemos sus correcciones con humildad,escuchemos y tratemos de hacer parte de nuestra vida esos nuevos aprendizajes.

post data: el corregido no es sólo quien aprende, la persona que corrige tambien aprende "APRENDE HACIENDO"

Liliana Sulbarán.

viernes, 14 de agosto de 2015

Escribir libremente

Escribir Libremente


Si a los niños se les permitiera escribir libremente...

Rosa María Torres

Concejo de la escuela para los piojos
 
Los piojos son incectos que molestan.
Los piojos pican mucho.
Ay piogicidas muy buenos.
Después de lavarnos la cabeza nos pasamos el peine fino.



Esto es lo que escribió en su cuaderno Leticia Yerolami, una niñita uruguaya, a la consigna de "Tema libre". Haciendo uso de su insospechada libertad para decir sobre un papel, escogió -de los infini­tos temas posibles- hablar de los piojos, de su relación con ellos y de lo que sabe de ellos. Decoró la página con unos lindos dibujos de piojos pequeños y grandes, y encerró todo dentro de un recuadro pintado con lápices de colores.
Si a los niños se les permitiera escribir libremente, escribirían las cosas más inesperadas. Porque escribirían sobre lo que piensan y sienten, sobre lo que saben y ven, con esa misma frescura con que piensan y sienten, con esa misma ingenuidad con que saben y ven, con esa misma espontaneidad con que se expresan y comunican. 
Si los niños pudieran escribir libremente darían rienda suelta, por supuesto, a eso que los adultos llamamos "imaginación infantil" (cuidadosamente alimentada y controlada por la fantasía adulta): hadas madrinas, reyes y princesas, pócimas mágicas, animalitos que hablan y se comportan como gente de verdad, castillos encantados, gigantes y enanos, elefantes con alas, gatos azules, viajes extra­ordinarios. Esto es, seguramente, lo que la maestra de Leticia esperaba, lo que quieren encontrar maestros y padres en una redac­ción escolar: el tema infantil, el cuento de hadas, la primorosa anécdota familiar, el testimonio cándido, el mundo rosado y dorado visto a través de los ojos ingenuos del niño.
Pero -como bien lo saben los maestros- dejar a los niños escribir en libertad, creativamente y sin tema predeterminado, significa invitarles a poner sobre el papel no sólo sus ilusiones y sueños, sino también sus penas y temores, sus frustraciones y pesadillas.
Si los niños pudieran escribir libremente, nos hablarían de mons­truos y serpientes, de cachetadas, insultos, castigos, falta de afecto, incomprensión, soledad, tristeza. Sabríamos acerca de la pelea con el amiguito, el cero injusto de la maestra, la agresión del papá, la ausencia de mamá. A través de las redacciones infanti­les veríamos, con la claridad y nitidez de una película de dibujos animados, los problemas más acuciantes que afectan a la familia y a la sociedad de hoy: pobreza, hacinamiento, insalubri­dad, trabajo infantil, maltrato, violencia, machismo, autoritaris­mo, alcoholis­mo, abuso, drogas, acoso sexual, violación cotidiana de derechos, guerra.
Si los niños pudieran escribir con "Tema Libre" escribirían mucho más y mucho mejor, porque hablarían de sus cosas, de aquello que les interesa y les afecta. Pero sería muy peligroso. Por eso, el sistema escolar -de común acuerdo con los padres de familia y con toda la sociedad- decidió hace mucho instaurar la copia, el dictado y las planas como modos institucionales de escritura infantil, y seleccionar para los niños un conjunto de temas escolares universa­les.
Por ello, desde que usted y yo fuimos a la escuela, y hasta el día de hoy, los niños escolares siguen escribiendo la composición sobre La Vaca, ¿Qué Hice En Mis Vacaciones?, Mi Primer Día de Clases, El Día de la Madre, El Día del Padre, Mi Maestra, Mi Patria, Mi Bandera, Mi Escuelita.

* Publicado en: Espacios para la Lectura, Año II, N° 3-4. México, Red de Animación a la Lectura, Fondo de Cultura Económica