LA
LITERATURA
¿Se
le está dando la adecuada orientación hacia las artes, especialmente a la
literatura en nuestros espacios escolares? ¿Qué debemos hacer para lograr que
nuestros jóvenes le presten más oído y al sentir de las palabras, de su
conocimiento, de su importancia como acontecimientos de separar la historia de
la prehistoria? ¿Por cuáles razones
nuestros estudiantes no leen para pasar sus momentos de ocio? Hace días
leí la siguiente pregunta en google: ¿Vale
la pena estudiar Literatura? me conseguí con un montón de respuestas que cada
vez me sorprendía, algunas iban orientadas hacia la parte económica (si es
rentable o no), otras hacia la pérdida de tiempo…Lo qué me llevó a pensar en lo
que estamos haciendo para promover el amor y la pasión por la literatura; sin
embargo, hubo respuestas que me recordaron lo transcendental de la literatura
para cualquiera que la pueda conocer a fondo, para ello debemos como pedagogos
encaminados a la enseñanza de la literatura, acercarla a nuestros estudiantes,
a nuestros hijos, no como una asignatura, la literatura es sencillamente un
arte, un arte que mezcla todo lo que conocemos y todo lo que nuestros sentidos son
capaces de hacernos sentir, para luego de disfrutarlas podamos compartirlas con
los demás gracias a lo mágico que es el lenguaje, bien sea oral, escrito o de
signos
Resulta
pues necesario que, desde edades tempranas se ejecute un adecuado y sobre todo
sensible acercamiento de la literatura a los niños. Aprovechando al máximo que
en estos predomina la memoria explicita, encargada de guardar experiencias que
tuvieron posibilidad de verbalizarse, es decir, que fueron conscientes y se
pudieron pensar , pero luego fueron reprimidas (olvidadas), entre otras cosas,
por su carácter traumático. Tenemos sin duda educarnos y reeducarnos en la
valoración de las artes en nuestros espacios escolares, es nuestro deber y
compromiso hacer sentir la literatura desde el conocimiento de las palabras en
unión con lo que nos hacen SENTIR.
Este
acercamiento va de la mano con la lectura, en esta etapa tenemos que como
docentes conocer y saber diferenciar la literatura de la pseudoliteratura, en
esa etapa deberíamos saber la diferencia que tiene una poesía de versos libres
y cargados de imágenes, envuelto en un exquisito campo semántico y lo que es
una “poesía” orientadas a un fin moralizante y castrante.
Un
buen oyente resulta, casi siempre, ser un buen Hermes de la literatura, para
ello debemos ser conscientes del sabor de las palabras, de las motivaciones y
sensaciones que nos producen y que podemos producir en los demás.
Otro
aspecto que debemos tomar en consideración en el adecuado acercamiento al niño
o niña hacia la lectura, es la ambientación, una biblioteca es uno de los
objetos que los venezolanos pocos exhibimos en nuestros hogares; la ambientación, resulta entonces
ser una amiga a la hora de orientar sobre la pasión por las letras, en edades
tempranas el infante se siente tranquilo y en armonía con lo que conoce, están
ávidos de conocimientos y sobre todo con un adecuado desarrollo mental para la
formación de hábitos originados por la estimulación mediante la lectura y como consecuencias de selección en lo
sucesivo.
Apropiarse
de lenguaje resulta una de las más adecuadas maneras para expresar de manera
sutil el pensamiento. Escribir no es otra cosa que todo un proceso que engloba
pensamientos y sentimientos, debe estar fundida con nuestra propia experiencia,
somos nosotros quienes nos conocemos, sabemos cuando escribimos sobre flores
cuáles son las adecuadas, la que riman con nuestras emociones, las que
significan más de lo que dices de ellas, las inolvidables….
Otro
aspecto, sin duda imprescindible para acercarnos a la literatura es la valoración que le damos a las palabras,
para algunos teóricos la palabra es un conjunto o secuencia de sonidos articulados, que se pueden representar
gráficamente con letras, y por lo general, asocian un significado; para mí, ellas
son un conjunto de acciones que empleamos para hacernos entender, entre ellas
están sus clasificaciones como por ejemplo, las palabras asertivas, las
interrogativas, las compromisorias… A estas últimas deberíamos prestar una
adecuada atención, día con día nos damos cuenta como nuestra credibilidad ha
ido en picada, pues se ha hecho mal uso de la misma y esto lleva a consecuencias
poco satisfactorias como por ejemplo, poner en duda nuestras futuras acciones,
la confianza, el valor de compromiso… En definitiva el valor de la palabra.
A
mis queridas participantes, les diré que llegará un momento (si es que aun no
ha pasado) en que llegarán a sentir la palabra en cada poro, en cada ojeada de
un texto, en cada fonema, en cada recuerdo…Es allí cuando serán conscientes que
el estudio de las letras va más allá de conocimientos gramaticales,
sintácticos, morfológicos, fonológicos y pragmáticos; estudiar literatura lleva
de la mano el conocimiento de nuestros propios huesos y carnes, el propio
conocimiento de la naturaleza humana y eso sin duda es el verdadero compromiso
de esta arte: el valor que le damos a las palabras.
Liliana
Sulbarán
21/07/17