El amor
El amor, ¿cómo puedes sentir el amor? para algunas es el
resultado de los años juntos, la suma de todos los obstáculos superados, pensar
en el bienestar de la otra persona…Por qué no puede resumirse en un instante,
en un cosquilleo efímero, en un no sé qué, que te produce evocar sonidos con tu
voz, el amor a veces es así un acontecimiento perecedero, cuando tu voluntad ya no entiende de razones,
cuando tu corazón tiembla tan fuerte que eres consciente que la otra parte lo
sabe, pero no puedes evitarlo, es un acto involuntario , es tan imposible como
ocultar un sonrojo en nuestra tez; a veces el amor sólo puedes sentirlo en
escasas oportunidades y es cuando lo disfrutas, lo conoces, te remueve toda, te
llena tanto el pecho que tus sentidos se agudizan, te vuelves creativo, se
alimenta de tus anhelos y tus deseos se asoman un poco avergonzados.
Lo disfrutas con una mirada, con una palabra, con una
caricia delicada, con un beso en la frente o en los ojos, con pensamientos y
palabras sueltas sin pensar, con una sonrisa enorme, con besos almidonados con deseos.
Lo conoces, lo puedes sentir, todo tu cuerpo habla por ti,
tus manos primero están torpes, queriendo tapar no se qué y de pronto sin darte
cuenta se vuelven ágiles y curiosas, muy curiosas, lo sabes cuando le quedas
mirando con mucha atención y descaradamente…En realidad hay muchas maneras de
conocerle, pero cuando lo haces puedes albergar en tu alma y en tus recuerdos
más valiosos todas y cada una de las sensaciones que te provoca; sabes que es
amor cuando puedes atraerlos nuevamente y seguir extasiándose de él.
Remueve toda tu cordura, te convierte en el ser más locuaz
del planeta, pierdes el norte de lo costumbrista, a veces de tus principios, te
rindes fácilmente a sus encantos, todo en ti lo refleja, te delata tu cuerpo
orlado en movimientos involuntarios, te vuelves ansiosa de sentir todo lo que
tus sentidos pueden obsequiarte.
Es entonces cuando te sientes plena, invadida de sensaciones
en tu piel, tu oído es generoso contigo; colabora para mantenerte en
equilibrio, te olvidas de tu lista de complejos, y ya no sólo reconoces tus deseos,
te embriagas de ellos. Haces cosas que
ni en sueños pensaste que eras capaz de hacer, te vuelves inventiva, juguetona…Dulce.
Reconoces al amor cuando atesoras en tus
neuronas y sentimientos las palabras que dominan los anhelos de tu alma, esas
que no aburren, esas que aunque sean pocas expresan todo lo que tu mundo añora
y se hace a punta de ilusiones, destrozan todas tus fortalezas, todas y cada
una caen en cada tejido de sus ojos, en las crestas de sus dedos en cada roce,
en cada esencia de su ser.
Para muchas el amor es estar acompañado de la otra persona,
para otras el amor es lo que sienten y reconocen sentir, en sus ilusiones, en
lo que se oye sin decirse, es conocerse y reconocerse a través del otro.
Liliana Sulbarán
14/05/2017
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