LAS EMOCIONES COMO PROTAGONISTAS EN
NUESTRO PROCESO DE APRENDIZAJE
Bien en este recorrido, abordamos desde
diferentes perspectivas el cómo el ser humano aprende, nos paseamos por los
tipos de conductas innatas y aprendidas y en algún punto de nuestro recorrido
por el conocimiento sobre la conducta humana me he encontrado con un gran autor
sobre las emociones, su nombre es Daniel Goleman, psicólogo estadounidense, nacido en Stockton,
California; en su estudio sobre “inteligencia Emocional” Sorprendido
ante el efecto devastador de los arrebatos emocionales y consciente, al mismo
tiempo, de que los tests de coeficiente intelectual no arrojaban excesiva luz
sobre el desempeño de una persona en sus actividades académicas, profesionales
o personales.
Su tesis defiende que, con mucha frecuencia, la
diferencia radica en ese conjunto de habilidades que ha llamado “inteligencia
emocional”, entre las que destacan el autocontrol, el entusiasmo, la empatía,
la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo. Si bien una parte
de estas habilidades pueden venir configuradas en nuestro equipaje genético, y
otras tantas se moldean durante los primeros años de vida, la evidencia
respaldada por abundantes investigaciones demuestra que las habilidades emocionales
son susceptibles de aprenderse y perfeccionarse a lo largo de la vida, si para
ello se utilizan los métodos adecuados.
Recuerdo en mis estudios de pregrado en la Universidad
de Oriente, Venezuela por el 2007-2008 estaba en auge un tema y todos hablábamos
de él, no es otra cosa que el famoso y trillado “Aprendizaje Significativo” y
me pregunto ahora: ¿Cuáles eventos o experiencias nos dan pie para decir si cierto
aprendizaje resulta significativo para nuestro cerebro?
Existe una rama que bien me puede ayudar a
responder esta interrogante; la deslumbrante neurociencia, pues ésta se encarga
de estudiar el funcionamiento de nuestra mente
y de qué forma se crean nuevas conexiones entre neuronas, lo que otros teóricos
denominan “circuitos neuronales” , esto es muy interesante, sin duda para
nuestro gremio , poder sentir el poder que deja saber cuáles métodos debemos seguir para que nuestros estudiantes aprendan
más y en menos tiempo.
Bien desde el aula nos encontramos
constantemente con reforzadores que son utilizados o no por nosotros, si
enlazamos estos reforzadores con conocimientos que aborda la neurociencia
podemos aprender mucho sobre la forma en la que las personas aprendemos.
Diversos estudios neurocientíficos arrojan que dentro
de los elementos para favorecer la creación de nuevas conexiones entre neuronas
y por ende la aparición de nuevos aprendizajes, nos encontramos con el
maravilloso mundo de las emociones, el estado emocional es como el timón en un
barco o el volante en un carro, nos encontramos pues que a partir de experiencias
previas, estamos condicionados de cierta manera para que nuestro cerebro
funcione, este timón o volante que sería nuestro estado de ánimo puede modular
las funciones cerebrales superiores, pasando desde la toma de decisiones, el
lenguaje, la memoria, la atención, la percepción, el gusto, el desagrado, entre
otras.
Resulta imperioso entonces, que nuestros
maestros y maestras puedan enlazar el conocimiento con las emociones, partiendo
de gustos particulares de cada estudiante, el cerebro nos ha demostrado, tener
una inmensa capacidad de aprender y desaprender, recuerdo en este momento a mi
profesora de la universidad Antonieta González, cuando nos habló sobre la
plasticidad de nuestro cerebro mediante las teorías de los procesos
cognoscitivos, estas inmensas capacidades nos arrojan la verdad y nos quita el velo
sobre los calificativos : “estudiantes malos” “estudiantes buenos”, por eso no
podemos ni estamos en capacidad de pronosticar a un estudiante a posteriori ni
en éxitos ni en fracasos.
Por experiencia puedo decir que, cuando
abordamos los estudios desde las emociones y de lo que éstas causan en
nosotros, sin duda podemos hacer conexión entre lo que leo o escribo ya que me
apropio desde algo, más allá de lo meramente académico.
En nosotras las mujeres, por ejemplo, tenemos
una parte del cerebro más desarrollada que los hombres, el hipocampo, en esta
parte ubicada en la parte interior del lóbulo
temporal que va desde el hipotálamo hasta la amígdala, situado en
otras palabras en nuestro sistema límbico, nos da la capacidad de retener mayor
información, debido a que está relacionado con los procesos mentales ligados a
la memoria, además con aquellos que tiene que ver con la reproducción de
estados emocionales.
Vemos entonces, cómo las
emociones influyen en nuestra conducta y debemos entonces sumergirnos en ese mundo
de posibilidades inagotables para resolver problemas de “astenia” que hoy en día
arropan a nuestros estudiantes, hagamos
actividades que despierten su curiosidad, que les motive y para que esto suceda
debemos hacer un diagnostico desde lo sensible, desde las emociones.
Liliana Sulbarán
09/04/2017
he leído algo sobre la neurociencia y es cierto para que el ser humano pueda aprender necesita emocionarse, la emoción produce efectos mágicos :)
ResponderEliminarhe leído algo sobre la neurociencia y es cierto para que el ser humano pueda aprender necesita emocionarse, la emoción produce efectos mágicos :)
ResponderEliminarHola María, sin duda, las emociones pueden figurar como el mando de nuestras decisiones para realizar cualquier tipo de actividad, desde luego uniendo las emociones con nuestras experiencias previas.Es allí cuando decimos " Bahh, no me gusta" "woww, me encanta" lo hago o no lo hago.Como lo dije allí, es una inagotable fuente de poder que tenemos que aprender a sacarle provecho. :) te recomiendo leer sobre el psicólogo citado...Liliana
EliminarHola María, sin duda, las emociones pueden figurar como el mando de nuestras decisiones para realizar cualquier tipo de actividad, desde luego uniendo las emociones con nuestras experiencias previas.Es allí cuando decimos " Bahh, no me gusta" "woww, me encanta" lo hago o no lo hago.Como lo dije allí, es una inagotable fuente de poder que tenemos que aprender a sacarle provecho. :) te recomiendo leer sobre el psicólogo citado...Liliana
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